A LA RAZA

Hoy más que nunca La Nopalera está convencida que la escena subterránea oaxaqueña se hará con la misma gente que tiene a su cargo el hacer el metal en vivo. Ahí estaremos y el metal vivirá por siempre, La Nopalera para todos y todos para La Nopalera.

Fuego, odio y blasfemia

Tlacaelel + Naastrand + Dark Beyond + Raptor

La Nopalera

Fotos: El Dañado
Video: La Tuna

Frío, llovizna y un ambiente llegando a lo puramente denso enmarcaron el escenario en el que Tlacaelel y Naastrand envolvieron de esquizofrenia pagana a la raza oaxaqueña la noche del pasado fin de semana, luego de cerrar el Black Metal Legions con un ritual al puro estilo nórdico que incluyó quema de cruces.

Tras la actuación de los teloneros Dark Beyond y Raptor, estos últimos provenientes de Miahuatlán de Porfirio Díaz y quienes se llevaron la noche con un espectacular black/thrash, el lugar, un reducido foro de Ixcotel que admitió una pequeña cabaña que por momentos recordó las guaridas de quienes redimen la negra escena escandinava, revivió la escena subterránea oaxaqueña con asistencia de verdaderos seguidores del género.

A pesar de la ausencia de Sibimortem, quienes cancelaron desde un día antes, el viernes, la nopalera reventó el lugar tras el ritual que iniciaron los Naastrand con una presencia meramente anticristiana y con precisos señalamientos hacia deidades infernales y defensa del inframundo prehispánico.

Temas como "Black Metal Terrorism", "Chainsaw (Self Mutilation)" y "Shadows under a Full Moon Light" asestaron la lluvia que empezó a derramarse cerca de la media noche, lo que dio mayor teatralidad al subrepticio concierto. Y mientras desconectaban equipo para dar lugar a los Tlacaelel la banda aguantó pacientemente al tiempo de sorber trago a trago amarga cerveza.

Y efectivamente Tlacaelel fueron el cierre perfecto y el Black Metal Legions tuvo su mejor momento con una simbiosis de raza-banda-deidades. El slam fue abrupto y ecléctico, el negro, la ausencia de enemas y el metal negro la justificación.

 “Legions of Abyss” y “My Blood of Darkness” fueron la gran causante para que los distritenses cerraran con el ritual perfecto con escupitajos de fuego y quema de diversas cruces, reiterando el odio cristiano y la defensa de lo llamado fe pura.