“El anarquista niega
el derecho de todo gobierno
a inmiscuirse en su
libertad individual”
Herbert Spencer
“Aunque yo no cargo los
pelos parados
como ustedes, también
soy punk”
Arturo Huizar
Coco Metal
Paulatinamente La Nöpalera abre nuevas brechas en su aún
poca incluyente estadía como medio entre el ambiente subterráneo local. El
heavy metal es y será su eje central, su principal motor, pero no el único, por
ello existe en sus colaboradores la inquietud de abrir el espacio a su primo hermano,
el punk, surgido, igualmente, en tierras anglas, existe la intensión, aún en
proceso, de abrir el espacio a la Zona Radical.
Es sabido por una gran mayoría que una tocada punk se
concibe como el espacio en el cual confluyen jóvenes, generalmente provenientes
de complicadas condiciones socio-económicas, ataviados con estrafalarios
ropajes y cortes de cabello muy suigeneris,
ambos, por supuesto, de naturaleza casera, con la consigna de manifestar al
ritmo de una música estridente y rudimentaria (tres acordes básicos, aquí el virtuosismo
no tienen cabida ), es el repudio que les provoca un sistema económico
jerarquizado en clases, alienante y de índole patriarcal.
Por tanto, estas congregaciones de masas han de constituirse
también en plataformas para la difusión de toda clase de ideologías y
posicionamientos anarquistas, asi como para dar a conocer causas concretas que,
por lo regular, involucran a los llamado “compañeros de lucha”.
Tan enfática propuesta acomete nuestra conciencias
cimbrando los esquemas mentales que cada uno nos hemos forjado respecto al
sujeto y el grupo del cual forma parte activa.
Según el filosofo español José Ortega y Gasset, el
accionar de un determinado individuo y las correspondientes repercusiones histórico-sociales
que implica ese accionar, se supeditan a la máxima: “Yo soy Yo y mis
circunstancias”.
Encuentro y defensa de ideologías. |
Si a tal postulado lo fusionamos con fundamentos
marxista-leninistas( el reclamo hecho por el proletariado de la plusvalía, producto
de una inhumana explotación laboral base de la obscena opulencia del gran
financista), ecologistas (la salvaguarda de recursos vitales y biológicos: Agua, tierra, especies de flora y fauna, mas
el añadido de rechazar una cultura consumista) y le agregamos un toque de contracultura( tratar de
incorporar formas exógenas de pensar, sentir y actuar al entorno inherente), podríamos
estar explicando la conformación de aquellos estereotipos denominados en no
pocas ocasiones de una manera errónea y prejuicios punketo, sinónimo en esta sociedad de delincuente juvenil o parista de la UNAM (por mencionar).
A groso modo, el anarquismo muchos lo definen como un
conjunto de corrientes político-ideológicas emanadas de ciertas tesis
marxistas, cuyo eje central es cuestionar el andamiaje jurídico del Estado
moderno; no pretende la subversión destructora del orden social.
La delgada línea entre el anarkopunk surgido hace casi
treinta años y el ejercido, en la actualidad, sobre todo en países
latinoamericanos, donde los estratos sociales son mayormente corruptibles, es
mínima, aunque si diferencial.
Y aunque el anarko es más un sentido político que un género
musical, pues es más el subgénero crust
es el que lo retoma como estandarte, si es una expresión habida de justicia
social, también cambiante en sus expresiones.
Anarquismo, en un estricto sentido etimológico, no es
pintar bardas, no es cubrirse el rostro para cometer desde el anonimato actos
lesivos, no es coartar derechos tan elementales relacionados con el libre tránsito
en calles y avenidas, mucho menos es la derogación de todo código legal para
que impere la ley del más violento radical, si es, en cambio, propugnar por un
ordenamiento constitucional que permita la amplia expresión de libertades.
Es válido, e incluso socialmente sano, que se alcen voces
procedentes de sectores juveniles, sin importar el hecho de que enarbolen utopías
de muy difícil cabida en un mundo hipermercantilizado, donde todo parece
indicar que los derechos humanos son descartables.
En La Nöpalera iempre hemos sostenido y sostendremos la
adecuada legitimidad de la expresión musical para encausar inquietudes e
inconformidades.
Es loable hacer del conocimiento público la adversa situación
jurídica de un compañero de causa, con la finalidad de procurarle toda ayuda
posible, siempre y cuando su inocencia conste, sea evidente e irrefutable.
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