9 de julio de 2012

El metal se abre camino


Un año de pisar por el metal. Foto: El Dañado

A un año de iniciar la cabalgata por fomentar y promover el metal hecho en Oaxaca, La Nöpalera mantiene su filosofía: dar cabida a todos los géneros y a todas la bandas

Coco Metal

Tal como lo manifiesta el titulo de esta reflexión, un género, cual poliedro por sus múltiples rostros que expone las diversas inquietudes de las juventudes en occidente, se niega a recluirse en el sepulcro de la indiferencia y marginación.

Aquí en Oaxaca los metaleros enfrentan una carencia de recursos, es cierto, y los prejuicios en torno a ellos aún persisten desgraciadamente, sin embargo, cómo organismos en entornos hostiles acosados por paradigmas darwinianos han sabido responder.

Luchan, se mimetizan y, cuando parecen derrotados, vuelven a erigirse como el estandarte de una sana y legitima rebeldía.

A un año de haber arrancado esta intensa y original aventura, el panorama se vislumbra alentador.

No pocas bandas locales consiguieron quebrar obstáculos debido, en gran medida, a una más amplia y asequible tecnología, misma que les ha permitido autofinanciarse alguna grabación de aceptable calidad, algo que antaño se tornaba más complicado; también se recuperaron espacios para la exposición del trabajo realizado y abrieron otros antes vedados.

En el metal confluyen un sinnúmero de factores que le han granjeado legiones de fans incondicionales por todo el orbe en prácticamente 40 años de existencia.

Implica fuerza rítmica, se torna estridente sin menospreciar la melodía, a veces oscuro y melancólico, nos conduce de una fantasía medieval a un cuadro romanticista decimonónico; se sirve de la historia y la protesta social para reivindicarse, hace alarde de sofisticación y virtuosismo, pero ante todo, propugna  siempre por la apertura y por la inclusión.

Aprendamos a no cerrarnos, a no repeler aquello estigmatizado por la cerrazón e intolerancia. En La Nöpalera tienen y tendrán cabida todos.

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