* La época de oro del soft ó glam metal fue en Oaxaca una mezcla de rock en tu idioma con la emulación de bandas como White Lion o Mötley Crue
Por Ramlag*
Una época de glamour, necesarias influencias, sonidos que intentaban tener sello propio y una apertura a foros donde expresar talento. La llamada época del heavy glam –o soft metal para algunos– de las décadas de los 80 y 90 tuvo tantos buenos como malos y buenos exponentes, todos imitadores de legendarias bandas como Van Halen o Whitesnake, pero con su estampilla propia.
Temas como "Nobody's Fool" del Night Songs quedan para el recuerdo. |
Muchas de estas bandas se avocaron a rolas con líricas de toque romántico, alcohólico y buena vida, el desmadre como invaluable requisito. Bandas como White Lion, Poison, Mötley Crue, Firehouse, Warrant y una larga lista, poseían grandes líneas melódicas, con estilo de pasión melosa y casi siempre rindiendo tributo al placer de las mujeres, la cerveza, la nostalgia del desamor y amor. A veces, con voces únicas como la de Vince Neil, pero siempre cayendo en estereotipos de moda un tanto ridícula, colorida y efímera.
Concentrándonos ya en la música, existían sonidos admirables como los solos de guitarra de Vito Vratta (White Lion) o C.C. Deville (Poison), shredders que apoyaban a vocalistas como Mike Tramp y Bret Michaels, respectivamente, y que bien pudieron hacer su carrera solista a la Vai o Satriani.
Me parece importante mencionar que este estilo desapareció casi totalmente con la entrada de la música grunge o alternativa, con grupos como Nirvana o Pearl Jam, música con grandes propuestas también.
Entre ese repertorio de bandas, y como señala el sociólogo Gilles Lipovetsky, recientemente en una entrevista en la ciudad de México, la década de los ochenta evoca hoy una buena nostalgia, pues fue una época caracterizados por una juventud, casi a nivel nacional, de adolescentes despreocupados, hedonistas, respirando una época de cuasi-libertad, a diferencia de las preocupaciones de desempleos, violencia y un largo etcétera con los que vive ya un adolescente desde inicios del 2000.
Aquellos días de juventud y muy particularmente en la ciudad de Oaxaca, los sonidos a la White Lion, Poison y Motley Crue, por mencionar, se escuchaban casi como la ola del llamado rock en tu idioma. La gran diferencia, sin embargo, radicó que esta música no pertenecía al país, precisamente por el idioma, ya de ahí, otros glamours.
Los pocos grupos locales que surgieron como Lucrecia se escuchaban lejos de sus ídolos e influencias norte-gringas. Los cuates se reunían a escuchar música, echando chela, en tocadas organizadas subterráneamente, dedicando rolas al dios Dionisos y a los amores adolescentes casi a modo de balada romántica, no faltaba la serenata soft-metalera.
Que mas daba ocupar el tiempo así, uno podía estudiar flojamente y estar tranquilo, un trabajo se iba a encontrar, el Internet no existía, todos estábamos aislados de los problemas que siempre existen en cualquier parte del mundo, la política nacional era nefasta, como siempre, pero la demografía menor.
Añoro esa parte de vivir, sin preocupaciones sociales inmensas, sólo era una lira, algunos buenos amigos, alcohol y un buen CD o LP de soft-metal o glam, entre otros géneros, –el mp3, con grandes pérdidas de frecuencias, afortunadamente no existía– en algún rincón de la ciudad.
Algunos álbumes recomendables de aquella entrañable época podría citar el “Dr. Feelgood” y “Girls, girls, girls”, de los ogros Mötley Crue; “Lifes Goes On” de Poison; “Cherry Pie, de Warrant y su fallecida voz Jani Lane; “Mane Atracction”, de White Lion; “Firehouse”, de Firehouse; “Stick it to ya”, de Slaughter; “Mr. Big”, de Mr. Big; “Saigon Kick”, de Saigon Kick; “Twice shy”, de Great White; “Heartbreak Station”, de Cinderella; “Back to the attack”, de Dokken; “The Final Coutdown”, de Europe, y “Stay Hungry”, de Twisted Sister.
*La Nopalera abre su espacio de columnas y opinión. Ramlag es un músico radicado en el Distrito Federal, con años de experiencia en instrumentos como la guitarra y el piano. Fundador en Oaxaca de Grado Cero, una banda fusión.